sábado, 13 de junio de 2009

El Enigma de Kaspar Hauser (Werner Herzog, 1974) (basada en un caso real)

Kaspar Hauser fue un adolescente que apareció súbitamente en la plaza de un pueblo alemán a mediados del siglo XIX, sujetando en su mano una carta con vagas directrices. Nadie le conocía. Ante las preguntas de la policía solo respondía "no sé" porque, de hecho, no sabía hablar. Después se supo que había pasado su infancia encerrado en un sótano.Pese a que le enseñan a hablar, leer y escribir, no llega a desaparecer en él esa inocencia en su estado más puro, que solo se halla en animales y niños. Su evidente estatus de inadaptado le conduce a un profundo estado de desarraigo. No duda en confesar ante la pomposa y detestable burguesía que se encontraba mejor en la habitación en la que se crió, apartado, enjaulado y solo, que en esa supuesta libertad a la que se vio obligado.

Werner Herzog borda una película sobre la esencia del hombre. Un hombre no forja su propio destino porque somos lo que somos en función de lo que otros son y han sido. Cualquier sociedad (sobre todo, como en este caso, los estratos considerados en cada lugar y época los más elevados), con mayor o menor grado de libertades, es en sí misma un lastre. La evolución del hombre es una mutación, en su sentido más estricto. Cuando imponen a Kaspar la idea de Dios o cuando le obligan a acatar un sentido de la lógica tremendamente radical, casi jacobino, o cuando lo convierten en una atracción circense, matan un poco más al niño que Kaspar nunca tuvo la oportunidad de ser.

Subtitulada Cada hombre por sí mismo y Dios contra todos, El enigma de Kaspar Hauser nos habla de la soledad más absoluta aún rodeado de una multitud, la crisis de identidad de un hombre incapaz de comprender todos estos conceptos, pero sí de sentirlos y exteriorizarlos. Y sobre todo, de la trágica historia de quien aspiraba a mucho más.

Buena parte del mérito lo tiene el actor principal, Bruno S, el bastardo de una prostituta, de quien recibió tantas palizas que le volvieron mentalmente inestable y casi sordo, de quien se decía que hablaba en tercera persona, y que Herzog necesitaba gritarle largo rato para que accediese a un nivel de autoestima suficiente como para actuar.

Fuente de información: http://miedoyascoenjakobsland.blogspot.com/2007/06/el-enigma-de-kaspar-hauser-werner.html

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