sábado, 13 de junio de 2009

Los niños lobo.

En Hesse, en 1341, se registra por primera vez el hecho de un niño criado por lobos. El muchacho, descubierto por unos cazadores, se desplazaba exclusivamente en cuatro patas y saltaba muy alto. Cautivo, no soporta su nueva vida y muere rápidamente. Tres años más tarde, se menciona un nuevo caso de un niño alimentado por lobos. Esta vez, el retorno a la civilización no acarrea la muerte del niño, quien aprende a hablar y vive hasta los 80 años. Los documentos evocan, sin embargo, su tristeza al haber sido separado de los lobos. Las muchachitas de Midnapore. La mayor parte de los casos de niños lobos modernos se han registrado en la India, particularmente en la selva de Bengala. La historia más célebre es la de las niñas de Midnapore. Fueron dos jovencitas, descubiertas en 1920 por un misionero indio, el reverendo J. Singh. Encontradas en la cueva de una loba, las pequeñas fueron conducidas al orfelinato de Midnapore, de donde dependía el reverendo. La más joven fallece rápidamente, sin haber podido caminar ni hablar, y la segunda, que sobrevive nueve años desde su captura, aprende penosamente a sostenerse de pie y a pronunciar algunas palabras. Un caso reciente. Nuevamente en la India, pero en 1976, en la selva de Sultampur, se encuentra un niño de cerca de ocho años, que juega con unos lobeznos. Está hirsuto y sucio y sus uñas son largas como garras. Los aldeanos que lo descubren tratan en vano de civilizarlo y luego lo confían a las Misioneras de la Caridad en Lucknow, al norte de Nueva Deihi, junto a las cuales el niño vive hasta su muerte, en 1985.

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