sábado, 13 de junio de 2009

EL POEMA.


Son 32 versos endecasílabos rimados. En ellos Kipling nos confiesa su arquetipo de Hombre.
Toda traducción es un intento y acaso el más difícil sea el de traducir poesía. Pero además la lengua inglesa y la lengua española pertenecen a especies distintas. En cualquier caso, si lo que pretendemos principalmente es estudiar el trasfondo y los mensajes contenidos en los consejos del If de Kipling, nos será más útil aquélla versión en la que la literalidad de la traducción prevalezca sobre el lirismo de la misma. Para nuestro propósito, nos interesaría más una traslación que una traducción. Buscamos la funcionalidad.
Generalmente las versiones al español que conocemos tienden a seguir la formalidad métrica y la musicalidad del original inglés del If; lo que comporta el peligro de alejarnos de la literalidad de los consejos de Kipling. Desde hace más de medio siglo contamos con la famosa traducción de un escritor, amigo y camarada de José Antonio, Jacinto Miquelarena. Acaso sea la más difundida entre nosotros. Está hecha en versos rimados de arte mayor, tiene una innegable musicalidad y recoge el tono del poema, pero con licencias notorias.
Para nuestro propósito de análisis, una versión que pretende ser copia literal en español de los versos en inglés postergando los valores poéticos. Podría ser esta:
Si puedes mantener la cabeza cuando todos a tu alrededor la pierden y te echan la culpa,
Si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,pero al mismo tiempo comprendes su desconfianza.
Si puedes esperar y no cansarte en la espera, o siendo objeto de mentiras, no pagar con mentiras,o siendo odiado no dar cabida al odio,y aún así no te las das de santo ni de sabio,
Si puedes soñar, y no dejar que los sueños te dominen,
Si puedes pensar, y no hacer de los pensamientos tu meta,
Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre y tratar a esos dos impostores de la misma manera;
Si puedes soportar el escuchar que las verdades que tú has dicho son manipuladas por bribones para embaucar con ellas a los necios,o contemplar destrozadas las cosas a las que has dedicado tu vida y agacharte y reconstruirlas con herramientas desgastadas;
Si puedes amontonar todas tus ganancias y jugártelo todo de una vez a cara o cruz y perder, para volver a empezar de donde partiste y no decir palabra sobre lo perdido,
Si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus musculosa servirte en el camino mucho después de que hayan perdido su fuerza y así aguantar cuando no te quede nada excepto la Voluntad que les dice: ‘¡Aguantad!’
Si puedes hablar con multitudes y guardar tu virtud,o caminar entre Reyes sin perder la sencillez,
Si ni enemigos ni admiradores pueden dañarte;
Si aprecias a todos pero a ninguno demasiado;
Si puedes llenar el inexorable minuto con los sesenta segundos que lo recorren,tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,y lo que es más,
¡Tú serás un Hombre, hijo mío!

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